jueves, 26 de diciembre de 2019

ORACIÓN AL RECIBIR LA LUZ DE BELÉN


ORACIÓN AL RECIBIR LA LUZ DE BELËN


Por Antonio DIAZ TORTAJADA

Delegado de Religiosidad Popular



Señor Jesús tu eres nuestra luz y eres la luz del mundo.
Nuestra vida, Señor, es un candil en medio de la casa oscura,
y los que se encuentran con nosotros necesitan
 nuestra luz para no tropezar.
Señor, que esta luz de Belén nos enseñe
a aprender a no es suficiente ser luz.
Hay que ser luz para los demás.
No es suficiente ser luz para los demás.
Hay que serlo desde el ámbito apropiado.
Al entronizar esta luz de la paz de Belén
junto a la imagen del Dios-Niño
ilumínanos, Señor, con tu Espíritu.
Y déjanos sentir el fuego de tu amor en nuestro corazón.
Señor, que guiados en tu luz demos fruto.
El Evangelio es luz de los hombres,
no es para esconderlo en los archivos de nuestras inteligencias.
El Evangelio es para llevarlo con nosotros
en el corazón y manifestarlo con obras y palabras,
y tener la misma valentía de sacarlo,
como cuando sacamos nuestra billetera
o nuestra “tarjeta de crédito”.
No por nosotros sino para que los que entran 
en nuestra vida tengan luz,
No por nuestra vanidad, 
sino para que los que andan a oscuras puedan ver.
Dejarnos iluminar, Señor, ser luz...
En medio de la oscuridad siempre viene bien
algo que nos ayude a encontrar el rumbo.
En nuestro bautismo se encendió en nosotros la luz de la fe,
no para uso individual,  sino para que quienes pongas en nuestro camino
 "tengan luz", te conozcan y te sigan.
Que sepamos ser luz para los demás 
y estar atentos y disponibles
para ayudar, cuidar y servir.
Que sepamos entregarnos cada día, en lo cotidiano, lo pequeño.
Que sepamos ser testigos del amor de Dios que es para todos.
Que nos olvidemos de nosotros mismos
y pongamos la mirada y el corazón en el otro.
Ayúdanos a mantener la esperanza.
No dejemos de soñar con un mundo de justicia y equidad.
Que con el empeño y la colaboración de todos,
hagamos brotar la justicia, la solidaridad,  la fraternidad y la fe.
Señor, danos la luz para no perdernos,  para no tener miedo,
para no tropezar,  para reconocer al otro...
Que seamos luz que guía en las noches,
que llene de esperanza los túneles de nuestros días...
Que nos dejemos iluminar por ti que dijiste:
“Yo soy la Luz del mundo”
Amén.

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